Omar Souleyman: Inquietante maestro de ceremonia

Emprender un nuevo viaje rumbo a la ruta 68, donde se realiza la última versión del Festival Movistar Primavera Fauna, es una tarea tediosa. Hay que tomar en cuenta la espera a que avance la multicolor fila de jóvenes con sus mejores atuendos que esperan el bus de acercamiento, para disfrutar de un día de primavera y música al aire libre. O quizás tienes más suerte y puedes conseguir que algún amigo te de un empujón en auto, para poder llegar al Espacio Broadway.


Mi opción es la segunda, pero como todo viaje hay que hacer algunas paradas previas al despegue, “desvíos” como lo denomina uno de mis compañeros de ruta. Quien avanza por un caluroso Américo Vespucio, hasta llegar a Macul. Ahí las calles son terrosas y el cemento no respeta las tímidas sombras de los árboles. Grandes rotondas simulan una especie de espejismo en medio del desierto, dónde es imposible encontrar un cajero automático con dinero.


La hora comienza a avanzar en la espera de “algo” o “alguien” que no llega. Mientras tanto reviso los horarios de la jornada musical que se ve invadida por jóvenes promesas; bandas como: Tame Impala, Real Estate, Beach Fossils, Erlend Øye & The Rainbows, The Lumineers, Floating Points, Kakkmaddafakka, etc. Siendo los más adultos y consagrados el grupo Escocés Mogwai el francés Yann Tiersen y los locales Electrodomésticos.


En el camino llegamos a Siria, calle paralela a Irán cerca del metro Los Presidentes. En mis pensamientos surge Omar Souleyman y su figura de animador espontaneó. Quien ya se había presentado sin mucho público el día anterior en el Teatro Italia, su puesta en escena fue en formato Dj set, junto a una chica quien sincronizaba las bases en su computador, mientras el enigmático músico repasará algunos de sus hits más recientes del Wenu Wenu, álbum producido por Kieran Hedden (Four Tet).


Algo atrasados para lograr ver la presentación completa del Sirio, que se hizo conocido por cantar en bodas en idioma Kurdo y Árabe. Su música se convierte rápidamente en la banda sonora de aciertos y desaciertos de nuestro viaje, lo qué comparo a la ligera con la decisión de embarcarse en un matrimonio, ya sea, de oriente u occidente.


Estamos en Santiago centro y puedo divisar a través del vidrio del auto, que va a una velocidad considerable, nuevamente el nombre de Siria -esto no puede ser una coincidencia- Souleyman se hace omnipresente y es casi imperante llegar al festival.


Omar Souleyman es de Ras Al-Alyn, un pueblo al norte de Siria, país que se encuentra en guerra civil hace dos años aproximadamente, manteniéndose en una constante de atentados, sospechas de utilización de armas químicas de la mano de Bashar al-Assad en contra de la población y un sin fin de aristas del Islam. Lo que vuelve aun más complicado la visita del músico a Latinoamérica.


Quien tuvo que cambiar de residencia a Turquía hace un tiempo, por problemas de vuelos para sus presentaciones, se vio nuevamente afectado para aterrizar; está vez en Santiago debido al conflicto bélico en Siria, todos los papeles para poder ingresar le debían ser tramitados en Ankara la capital turca, pero él vive en Sanliurfa. Además que le exigían certificados de salud y antecedentes, los cuales estaban en Damasco. Después de varios meses el gobierno Sirio logró enviarlos a Chile.


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Decido bajar del auto en medio del atochamiento y el ligero viento seco que corre metros antes de llegar al recinto de la Brodway. La mezcla de electrónica, poesía árabe y música tradicional de Siria, debe ser la tónica que seduce al público, quien se ve envuelto en una verdadera fiesta, intento imaginarme como son esas bodas, dónde asiste el pueblo entero, las cuales eran grabadas en VHS de regalo para los novios y que luego se repartieron por toda la región. Por otra parte, el tecladista es quien convierte a Souleyman en amo y señor de un ritmo inconfundible, frenéticas canciones que hablan del amor y desamor a cargo de poetas actuales, a los cuales el cantante les facilita una base rítmica para que inspiren sus letras.

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Un estilo ecléctico, único de sonidos dadke que se apodera de un nuevo público. El de Latinoamérica, después de lanzarse al estrellato en el mundo árabe, ser reconocido en Europa y colaborar con aristas como Bjork y Gorillaz.

La imposibilidad nuevamente se vuelve en una oportunidad, un personaje que puede ser visto desde la caricatura de un árabe con bigotes y una kufiyya en su cabeza, lleno de sosiego en contraste a su propuesta musical. Inquietante maestro de ceremonia, para comenzar el ritual lleno de música que ofrece el Primavera Fauna 2014.






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