A Ervo no lo encontraremos posando en revistas de moda, ni sorbeteando capuchinos en cafés design ni comprando en tiendas de estilo. O sea Ervo no calza con el trend-setter convencional, ese personaje cool a quienes todos quieren copiar. Pero Ervo tiene una gracia mayor: Ervo es el responsable de que en Santiago exista una escena de música experimental contundente y de alta calidad. O puesto de otra forma: gracias a Ervo Santiago tiene una oferta cultura que va más allá de la galería de arte del barrio alto, la comercio-cultura de la TV y los subsidios estatales. Con su Productora Mutante, Ervo organiza semana a semana, a pulso y sin recursos, festivales, eventos y tocatas en los se despliegan La Golden Acapulco (donde el mismo Ervo milita), el Banco Mundial, Namm o Festín Sagital, proyectos sónicos que ningún productor radial conoce pero que han sido reconocidos en el resto del mundo. Entonces Ervo, más que imponer tendencias, hace cultura, y cultura de frontera, marginal, disruptiva, la que de verdad enriquece la textura de una ciudad.


Manuel Tironi.