SECUESTRADOS POR LA ADRENALINA
Texto: Leoncio Pilato
Foto: Ervo Perez y Jorge Panchana
Como es la tónica de estas abducciones, la jornada comenzó puntual a las 22:30 horas, algo a lo que la escena musical under no nos tiene muy acostumbrados, y que -en lo personal- me parece un gran avance para erradicar el círculo vicioso de los atrasos en las tocatas. Un fenómeno provocado tanto por el público incrédulo de los horarios publicados, y de los productores y artistas que, al tener poco público presente, prefiere atrasar todo. Esto se acentúa aún más cuando se trata de eventos donde participan 3 o más bandas. Esperemos que esta tendencia acabe con la informalidad de la escena subterránea, y que afecta a todos los estilos por igual. Los primeros sobre el escenario fueron DESOMORFINA, una banda de adolescentes de cuarto medio de la comuna de El Bosque, que nos presentaron una versión de banda rústica y sencilla, como las que solían abundar durante los noventas, con sonidos grunge y post punk, honestos y sin pretensiones. Un formato tradicional rock, y un vocalista con espíritu, rostro pintado, errantes y enajenados movimientos, que acompañaron su melodía estridente y sus chillidos purgantes.
Pesados y al cayo, con una agresividad canalizada a momentos en las atmósferas más oscuras del grunge y el metal, terminaron su show con un cover de la banda nacional Supersordo, como dejando en claro la escuela que los influenció. Un interesante comienzo que calentó el ambiente con un sonido afilado y retro.
Luego fue el turno de ÁGUILAS PARALELAS, un proyecto electrónico que fusiona sonidos y beats contemplativos más cercanos al trance, con ritmos más actuales, con aroma a dubstep y house. Una propuesta escénica bastante activa por parte de Pollo dal Pozzo. Quien manipula en vivo dispositivos que gatillan samples, que lo transforman en una suerte de percusionista, algo que se hace cada vez más frecuente en el mundo de la electrónica, próxima a lo instrumental y lo acústico. Un show entretenido y simple, que hizo bailar al público, quien quedó lo suficientemente encendido para lo que se venía.
TOQUIO es ese trío prendido que te hace mover las patitas con sus claves latinas, pero que te hace cabecear con riffs duros y alaridos súper-enérgicos. Una mezcla que desde el primer instante marcó la pauta de un show desenfrenado y potente: Mostrando material nuevo, que incursiona por una veta más metalera y directa en contenido (con títulos como "SOQUIMICH-PENTA", "Coludidos", o "Bomba"), los Toquío se regocijaron sobre el escenario en lo que fue la primera tocata con su vocal recuperado de una lesión en la mano que dejó a la banda sin su característico sonido electrónico y retorcido por algunas semanas. Un regreso a las tablas que terminó con un público bailando, saltando, y mosheando en los momentos más punk y saltarines.
La intensidad de la noche subió a volumen 10, y el calor se apoderó de la sala, en una presentación que le dio la bienvenida al jolgorio desde el primer minuto, con el carisma de este trío que nunca baja su energía hiperestimulada.
Para terminar, los experimentados DAYANANDREA: banda de rock, funk y swing experimental, que durante los últimos meses se ha dedicado a promocionar su último disco en estudio "Super Estar", y que ha vuelto con un carácter renovado a los escenarios. Comenzando con su cover a Peores de Chile, "Pogo Williams", presentaron una media hora de show sólido y potente, que se codeó con los ritmos más punk de su repertorio, y que terminó con la canción más emblemática de su última placa, "Yastaki", tal vez el tema que dio con la fórmula definitiva de su último trabajo en estudio. La impecable ejecución en vivo de su colorida formación de bronces, maderas, percusión y cuerdas siempre obtiene el resultado inevitable de la compenetración del público, y la experiencia catártica; Una performance super encendida, que dejó a los presentes satisfechos y sudorosos tras tanto baile.
Así se dio por finalizada la jornada de Abducciones, en un ambiente cálido, y siempre acompañado de música que te hacía imposible no mover la pata, a cargo de “Los Inmigrantes del Ruido”. Hasta la próxima Abducción!
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